Un poco de oro en el fango
Yo me decía también: vivir es otra cosa
que este olvido del tiempo que pasa y los estragos
del amor y del desgaste - lo que hacemos
de la mañana a la noche: hender el mar,
hender el cielo, la tierra, a veces pájaro,
pez, topo, en fin: jugando a agitar el aire,
el agua, los frutos, el polvo; actuando como,
ardiendo por, yendo hacia, ¿recogiendo
qué? el gusano de la manzana, el viento de los trigos
pues todo recae siempre, pues todo
recomienza y nada es nunca igual
a lo que fue, ni peor ni mejor;
que no cesa de repetir: vivir es otra cosa.
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