La noche va siendo
cosa…
La noche va siendo cosa
de aflojados breteles.
La noche va siendo cosa de afligidos breteles,
está delabrada.
Pobre noche sin aquella alba.
La tuviste. La guardaste. La cobijaste.
Y ahora, pensá un poco.
Los breteles:
nos cuelgan a vos.
Pechitos colgados de vos.
Amores redondos en los libros como pechos.
Ellos están allá.
Entre ellos.
Luchan por nosotros.
Por nosotros acá.
Acá es la zona extracomunitaria,
eso dicen.
Hagamos de cuenta que tienen razón.
¿Y de todos nosotros qué?
Porque nosotros eurocomunitarios un cazzo.
Aparcados en la frontera.
Olvidados.
Ajenados.
Ahí está la cosa.
La eurocomunitaria cosa:
ajenarnos.
Yo
y ella y ella y ella.
Mamá es ella
para siempre.
Mamá es extracomunitaria.
Extraeuropa.
La dama bien penada
se toca un pezón peinado.
Se lo tocan. Se lo tocan.
Nosotros. Nuestros pezones
arrugaditos.
La muerte, mamá,
vos no sos europea.
El país…
El país. Esa cosa.
Ese acoso.
¿Lo ves venir?
Las cosas que hace para distraerse,
yo.
Las cosas que hace.
Ni su mamá.
No, claro. Ni su mamá.
Porque ahí está la cosa.
La cosa. Mamá. Qué difícil escribirte.
Siempre voy tropezando.
Vamos tropezando.
Vos también, mamá, vos también
tropezás.
Con la cosa, mamá, con la cosa.
Vos también, mamá, tropezás
con mamá.
El escondimiento de todo ese dolor.
El escondimiento de nosotros.
El dolor es nosotros.
Escondidos. Como un dolor.
Vamos. Hagamos como que.
Nos queremos. Dolorcitos.
Dolorcitos ellos que se quieren.
Dolorcitos nosotros.
No nos quieren.
Al dolor nadie lo quiere.
Por eso se atraganta.
Puto. Porque es puto no lo
quieren, por puto.
puto en mi garganta.
Puto dolor.
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