lunes, 16 de junio de 2008

«Tratado de la desesperación: los peces» - José Emilio Pacheco



Siempre medita el agua del acuario
Piensa en el pez salobre y en su vuelo
reptante
breves alas de silencio
El entrañado en penetrables líquidos
pasadizos de azoque
en donde hiende
su sentencia de tigre
su condena
a claridad perpetua
o ironía
de manantiales muertos tras dormidas
corrientes de otra luz
Claridad inmóvil
aguas eternamente traicionadas
o cercenado río sin cólera
que al pensar sólo piensa en el que piensa
cómo hundirse en el aire
en sus voraces
arenales de asfixia
Ir hasta el fondo
del invisible oleaje que rodea
su neutral soledad
por todas partes

2 comentarios:

Cucaracha homicida dijo...

Saludos desde la contingencia estudiantil de un sábado a media tarde, todavía con las reflexiones de anoche a medio cocer.

Un placer tenerlos al alcance, a pesar de la sospecha inevitable de que uno nunca saca del todo partido a estas jornadas.


(Y no es un decir)

Gari

Arturo Borra dijo...

Hola Gari! Muchas gracias por dejar tu comentario aquí y por la pregunta del otro día, que es una pregunta necesaria para cuestionar las dicotomías que suelen operar en esa lógica de la etiqueta que está tan al uso.
En cuanto al "no sacar del todo partido", pienso que es lo que ocurre casi siempre cuando se da cierta apertura dialógica. Lo veo algo positivo, porque nos deja pensando, ¿no? Y ¿qué cosa más urgente sino ese intento -orientado a la acción- en un contexto como el actual?
Como sea, ojalá (y tampoco es un decir) que pronto sigamos conversando todas estas cosas alrededor de una "birra".
Un abrazo,
Arturo