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Entonces escribe
“…se sienta a la mesa y escribe”
Juan Gelman
dime qué hago dice y no sabe
dime cómo miro dice y tampoco sabe
qué hace cómo mira en esta pendiente
oscura como un silencio o un llamado
desconocido
y no sabe sigue sin saber quiere hacer
algo con su no saber –y entonces escribe
cuando ya no puede decir más no sé no sé no sé:
escribe entonces como un silencio un llamado
y la pendiente oscura cae sobre sus ojos
y la pregunta es un caballo que corre sobre
regiones blancas
dime por dónde sigo dice –y no hay respuesta
que no sea fuga
-------------------y no sabe
y entonces escribe:
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----De Umbrales del naufragio, Arturo Borra
30 comentarios:
Muy logrado y verdadero este poema, atrapa en ese umbral previo a la escritura, desde la inconsistencia del acto de escribir, su fantasmalidad, también la escritura como respuesta al anonadamiento, al desconocer qué es uno y más aún qué ocurrirá: frente a la alienación del futuro y la alienación del yo, escribir.
Enhorabuena, y un abrazo
Querido Arturo:
Si que es éste un umbral,
y su umbría nos deja sin
habla, pero no sin deseo,
no sin la necesidad de
decir.
La poesía, también la vida,
se exponen, a veces sin la
certidumbre de lo que pueden
llagar o llegar a significar.
Todo es aprendizaje,
una continua lucha por desaprender
las imposiciones de un sistema
cognitivo viciado y parcial.
Libertad para sentir,
-ser y vivir- que nos deja
mudos, que nos enfrenta
al abismo del sentido oculto
de gran parte de lo razonable.
Pero el poema no razona,
dice. Y su decir sabe más
que nosotros, su inteligencia
viene de un más tupido bosque
que la razón analítica o la mordaz
mirada del escéptico. Cunde.
Y es así, sin gran merito
del poeta. Es el hombre, en
su abisal aventura, en su permiable
contacto con el mundo y los otros
donde tamiza, experiencia por experiencia,
un sinfin de circunstancias,
de decisiones, de torpes pasos,
de pírricas victorias y pérdidas.
No se agota desde el lenguaje
la vida: esta es mucho más rica
e inabarcable que los signos
con la que la nombramos. Todo intento es inconcluso. Pero ahí se sigue, desde esa inutilidad e impotencia se canta. No sabemos,
o sabemos muy poco. Como bien dices:
"y no sabe:
y entonces escribe:"
Un abrazo grande, compa.
Víktor
Es precioso el poema. Besos.
El poema nos va inundando con una tensión que se resuelve en los dos puntos del final: salto al vacío, a lo otro, después de la negación o imposibilidad de la escritura. Desactivar las cargas heredadas, a través del balbuceo, antes de arrojarse, desnudo y frágil...
Una estela poética fértil y muy lograda.
Gracias,
y abrazos
Querido Rubén, para mí la escritura es zozobra, retorno de los espectros que fueron naciendo en las esquinas rotas y, sobre todo, experiencia de lo no sabido. Fue aquello que me permitió hacer un rescate. De ahí nació hace tiempo este poema que cuelgo simplemente para no desaparecer del todo. La «alienación del lenguaje» decía Wittgenstein: quizás es esa alienación la que intentamos quebrar. No sé si lo conseguimos, pero es la búsqueda íntima.
Gracias por tu acogida y otro abrazo,
Arturo
Querido Víktor: cuánto te has hundido en este umbral… naufragando también en esa experiencia de un deseo que sólo puede balbucear, que no puede hablar pero que tampoco puede callar…
Y la herida está ahí, sin la certidumbre: entonces hay que romperse, ante el abismo, ir más allá de lo razonado, ese “saber no sabido” que se gesta más allá de nosotros, en el poema, sin demasiado mérito del poeta –como señalás-, porque al fin y al cabo, ¿qué obtenemos sino “victorias pírricas”? El poema es pérdida. De vez en cuando arroja alguna luz, pero lo vital siempre lo rebasa. Como sea, mi querido amigo, en esa inconclusión caminamos, respirando lo incierto.
En cualquier caso, mil gracias por tu inmersión.
Va otro fuerte abrazo,
Arturo
Pedro querido, ya sabés cuánto valoro tu opinión, así que ahora sólo agradecerte tu paso.
Va un fuerte abrazo,
Arturo
Querido Stalker, salto al vacío, así es y reencuentro con la experiencia del desconocimiento, sin la que no hay nada. Im)posibilidad de una escritura que necesitamos para sobrevivir (y no hay metáfora).
Lo único que nos queda es balbucear, desde la desnudez que desde la poesía intentamos gestar. No sabemos ya hablar, pero tampoco nos conforma el silencio. En esa tensión, que es desgarradura, trazas.
Gracias por seguir esta estela...
Va un fuerte abrazo,
Arturo
Arturo, gracias por el poema, y por los espacios en blanco que dejas.
Un abrazo.
Muy hermoso. Verdadera fuga, en todos los sentidos.
Toccata es la vida, fuga la escritura.
Un abrazo
Hermosa manera de no desaparecer.
Leonardo
La escritura siempre una respuesta...............
Me encanta este poema, Arturo. Cómo no iba a formar parte del poemario Umbrales del naufragio... en este poema zozobra incluso el pulso o más bien, sólo en la zozobra el pulso puede encontrar alguna cuerda.
Como comenta Rubén, creo que está muy logrado; logra tejer con toda esa incertidumbre previa a la escritura un andamio, una poética.
Sólo en ese "no saber" y en ese no saber qué hacer con tanto "no sé"
puede surgir algún tipo de escritura que diga algo. Entonces -sólo entonces- escribe, para que el texto no sea mera regurjitación de lo conocido, para escribir bajo riesgo desconociendo incluso cuál será el resultado preciso, para abandonarse y dejarse conducir por lo desconocido desde el que puede emerger algún balbuceo nuevo. Como esas grafías de Michaux con las que has acompañado tu poema, surgiendo espectrales, imprevisibles, en el papel en blanco, con la imprevisibilidad de la mancha que cae en un postura única, irrepetible.
Gracias por compartir este poema:
la pregunta como un caballo que corre por regiones blancas me parece de una belleza tremenda.
Un beso,
Laura.
Portinari, gracias a vos por dar sentido a esos blancos que son parte constitutiva del poema.
Todo poema es blancura manchada...
Va otro abrazo fuerte de domingo,
Arturo
Leonardo, amigo, gracias por sumarte a esta línea de fuga, que a nada escapa, sino a la lógica del mal-conocido.
Me alegra saber que te haya gustado esta aparición y valoro mucho la tuya.
Va un fuerte abrazo,
Arturo
MBI: gracias por sumarte a este espacio. Reescribiría lo que me decís del siguiente modo: "La escritura siempre una respuesta (diferida, que abre -siempre- nuevas preguntas...).
Un cálido saludo,
Arturo
Laura, ya sabés cuánto me importan tus lecturas y agradezco el privilegio de contar con ellas.
Y sí, uno zozobra en el poema, en su pulso: el poema es zozobra del pulso que persigue una cuerda imposible.
Por eso repetimos; al naufragar, procuramos forjar otro lenguaje, más allá de la certeza dada. ¿Y cómo labrar ese discurso si no es sobre la puesta en cuestión de tanto automatismo? No hay poema sin silencio; lo precede, pero también lo surca: sólo entonces, de esa escucha flotante, puede nacer algo que no sea meramente edificante.
Casi nunca lo conseguimos, pero lo seguiremos intentando.
Gracias como siempre por contar con vos.
Otro beso,
Arturo
Estremecida.
Escribir no porque se sabe, sino porque se ignora.
Escribir dando un salto al vacío, porque se desea saber, porque se desea y donde hay un deseo hay un agujero. Y el agujero se come cualquier palabra, mientras el vacío puede ser habitado, puede ser pintado (como los papeles de Michaux) con palabras nuevas.
Después de los dos puntos veo las regiones blancas. Un vacío habitado por las palabras-huella del caballo y tantos ojos como lectores se entregaron a ellas.
Un abrazo muy fuerte.
Querida Mriel, gracias por sentarte a la mesa y escribir: "estremecida". Quien escribe pide al poema: cobíjame. Pero si pide cobijo es por la intemperie del desconocimiento, y de ahí saltar, sin saber dónde se caerá. En el deseo de saber, que es también falta de saber, se mueve el poema. Una vez lanzado, ya no pertenece más que por una remisión a un nombre propio.
Puesto que hay vacío, la palabra ya no puede permanecer indemne: también ella debe abrirse a su silencio y reinventarse.
Por eso no comprendo a los que piden poesía entendible. Qué estupidez... si entendiéramos, no haríamos poesía.
Región blanca, amiga, por la que se cuela el lector, los caballos que preguntan.
Gracias por tu caída.
Un fuerte abrazo,
ARturo
"Por eso no comprendo a los que piden poesía entendible. Qué estupidez... si entendiéramos, no haríamos poesía."
totalmente de acuerdo...
Escribir palabras para saber, leyéndolas luego, que es lo que se quiso de ellas al escribirlas.
evamonzonj.blogspot.com
Me alegra Rubén compartir esa perspectiva. Vivimos, como decía P.Celan, en un mundo ilegible. ¿Cómo podríamos nosotros hacerlo simple y transparente para que un específico lector -muy al uso- lo entienda a la primera?
Va otro abrazo,
Arturo
Sí Eva, escribir para saber lo que queremos decir. Si de entrada lo tuviéramos tan claro, la escritura sería superflua o, al menos, mera transcripción de un pensamiento preformado. No es nuestro caso...
Gracias por pasarte y bienvenida a este espacio. También me pasaré por el tuyo en estos días.
Un cálido saludo,
Arturo
Jo. Arturo hace tiempo que no visito los blogs, esto tendrá que modificarse.
Me ha encantado este poema. Es buennisssimmmo. Muy bueno. Redondo.
Un abrazo.
Querida Lola, también yo estoy casi ausente de la blogósfera en estas últimas semanas, y tal como va todo, me temo que se extenderá.
Aún así, mil gracias por haberte hecho un tiempito y comentar ete poema. Me alegra que te haya parecido bueno. Ya sabés: uno escribe y no sabe...
Va otro abrazo fuerte,
Arturo
PD: ¿Vas el próximo viernes a Valencia?
Arturo si voy a ir. Espero que podaís venir.
Un abrazo a Laura de mi parte.
Lo intentaremos Lola! Si todo sigue yendo bien allí nos veremos.
Un fuerte abrazo,
Arturo
"y no sabe sigue sin saber quiere hacer
algo con su no saber –y entonces escribe
cuando ya no puede decir más no sé no sé no sé"
Que bien expresado. Me encantó.
Me alegra Mercedes que te haya encantado el poema.
Sos bienvenida por aquí y va un cálido saludo,
Arturo
Mientras buscaba el inicio de este comentario, tropecé con una palabra que me llamó la atención: "Stalker". Podría traducirse como acechante o asediante. Sin embargo, para el fin de este mensaje la debo interpretar como "perseguidor". Me separo un poco del jazzistico cuento de Cortázar para decir que lo interesante de haberme encontrado con esta palabra es el hecho de haberme permitido encontrarme con tu poema. Y que a pesar de su fuga final -pendiente-abajo-nosé- dice aquello de que la huida es en realidad un acto violento de persecución. Me gusta este poema. Sobra casi todo.
Un abrazo.
Muchas gracias Andrés por tu comentario. Stalker, si en algo nos persigue, es con su compromiso ante la herida, la vulnerabilidad, esa que nos une cuando la asumimos y la que nos fragmenta en cuanto la negamos y nos construimos como fortalezas.
En cuanto al poema, no puedo decir si persigue o no, pero en cualquier caso, a él lo persigue ese no-saber del que brota su pulsación. Por eso no podría tener fin, sino sólo fuga, sin segundas partes. Y esa su violencia o corte, tal como captás de forma sutil.
Me alegra saber de tu lectura y te lo agradezco de corazón.
Un fuerte abrazo que sigue sin saber,
Arturo
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