lunes, 30 de agosto de 2010

Poemas de Arnaldo Calveyra


A punto de reconocernos, fuera de alcance de ese lugar de nombres, intensidad que poco a poco se vacía.

Espejo por donde el ahogado regresa. Encuentras en tu espera esa tarde del año 40 extraviada en pajonales. Encuentras el lugar desde donde nos atraían esas y otras preguntas, preguntas que oscurecen el agua.

¿No eran ustedes las hojas de todos los árboles?, lentamente volvían, ¿su esperar paciente en todas las caras? ¿No eran ustedes las hojas caídas de todos los árboles?

¿Eran ustedes casi todos los árboles, las hojas nuevas, hojas cayéndose, caídas, el madurar verde?
Espejo de estar por quedarte dormido. Pasa lo que no pasa. Transcurre lo que no pasa, pasa el agua, pasan las aguas de nuevos ríos. En espera siempre de lo mismo: desaparecerle al día.

Cosas que no oscurecen las estaciones.
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Palabras, llegaban silenciadas por la palabra siguiente, palabras que meditaba por lengua antes que por la pluma. Recién escritas, acompañaban el texto de las tardes, su manantial eran, su libro de lectura.

Horas de espera: terminaban dando en otra lengua, borradores de poemas que llegarían.

Entretanto, por saber de esa persona que se acerca entre los paraísos de la entrada, una luz asoma de la casa, desnuda las hojas de los árboles.
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No me dejes sin mi silencio, te pedí, no te lo lleves todo, que no me quede con el tuyo todo, solo.

Que cuando no me acabe de haber ido me posea mi silencio mudo.

Porque puedas oírme cuando no me acabe de haber ido.


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Olía triste. Nos llegaba la voz antes que el cuerpo, su voz cansada por el bajo. Y en la callecita, esa voz se callaba, los paraísos, para que la hilacha del cuerpo se detuviera atónita, se quedara mirándonos esperarla, su renguera se llevaba bien con el mentón.

Era tan triste esa llegada.

Y entonces no era una voz sino un velorio, un velorio con inacabables migas de pan sobre la falda.

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De Arnaldo Calveyra, Obra reunida, Adriana Hidalgo Editora.

Para visualizar una breve entrevista a Arnaldo Calveyra, pulsa aquí.

12 comentarios:

Leonardo dijo...

Escritura de lo mínimo, percibir lo que ocurre en el intervalo de dos hojas cayendo, la profundidad del tiempo y lo que en él cabe. Poeta sutil Calveyra, y discreto.
Un abrazo y ánimos para seguir trayéndonos la luz de estos grandes y pequeños faros.

Arturo Borra dijo...

Querido Leonardo, imagino que regresaste de vacaciones! Me alegra mucho tenerte de nuevo por aquí.

En cuanto a Calveyra, comparto lo que decís. Es un poeta del que queda mucho todavía por decir. Su escritura de lo mínimo -a la que te referís- tiene una andadura promisoria. Y se agradece, por cierto, esa sutileza, elíptica, que ayuda a mirar de otra manera lo cotidiano y a extrañarse de sus inercias.
En cualquier caso, mil gracias por seguir iluminando este espacio.
Va un abrazo enorme,
Arturo

PD: también yo regreso de vacaciones y espero en estos días ponerme al día en tu blog y algunos otros.

Stalker dijo...

Otra escritura cuyos trazos seguir y cuya visibilización tenemos que agradecerte, Arturo.

un abrazo fuerte

Arturo Borra dijo...

Querido Stalker, siempre es una alegría encontrarte por aquí, habitando esta casita trémula.
Explorar es una tarea que nos hermana (y tu blog es un excelente ejemplo de ello).
Gracias por seguir estas pistas y acompañar estos poemas.
Va un abrazo enorme,
Arturo

Raquel Viejobueno dijo...

Buenos días, me gustaría saber donde puedo adquirir un libro de estos poemas. Mi correo es raquel@uncafeconliteratos.es.
Muchas gracias.

Arturo Borra dijo...

Hola Raquel, gracias por pasarte y contesto tu pregunta. Si vives en España, no tendrás problemas en encontrar su "Poesía reunida". LA editorial es Hidalgo, una editorial grande que distribuye a nivel nacional y en América LAtina. De ahí que si no viven en España, supongo que podrás encargarlo en librerías grandes.
Bueno, espero que eso te ayude a localizar un libro que vale la pena leer.

Un saludo,
Arturo

Laura Giordani dijo...

La poesía de Calveyra tiene esas trazas luminosas, ínfimas, que se aferran de manera discreta (como bien ha percibido Leonardo) a su origen. Origen que, a pesar de la distancia física del poeta que vive en Francia, sigue presente como universo interiorizado. Atmósfera del litoral argentino... imposible leerlo sin sentir latiendo en su escritura el pulso de Juanele Ortiz, Hugo Gola, Juan José Saer... Me ha gustado mucho la selección de poemas que has traído en esta entrada, especialmente el primero en el que el río se convierte en metáfora heraclitiana. El río siempre discurriendo por su poesía como el Paraná manso o devastador, pero siempre central.

"Espejo de estar por quedarte dormido. Pasa lo que no pasa. Transcurre lo que no pasa, pasa el agua, pasan las aguas de nuevos ríos. En espera
siempre de lo mismo: desaparecerle al día".

Su Poesía Reunida es un libro imprescindible. Ojalá su obra se vaya conociendo más por aquí. Le has abierto una ventana hermosa para asomarse, Arturo, entre imágenes de árboles y hojas a punto de rendirse.

Un beso.

Laura.

Laura Giordani dijo...

Dejo un enlace de la Audioteca de Buenos Aires con un video de Calveyra hablando un poquito de su escritura:

http://www.audiovideotecaba.gob.ar/areas/com_social/audiovideoteca/literatura/calveyra_bio_es.php

Besos,

Laura.

Arturo Borra dijo...

Laura, tu lectura de Calveyra me parece sutil. La poesía que me cautiva va en esa línea de lo ínfimo, de trazas discretas, sin grandilocuencia, que lentamente erosionan nuestras defensas. Esa detención en lo desapercibido abre a un mundo precioso, que habitualmente se escapa en nuestra ceguera.

Por lo demás, tal como señalás, Calveyra parece no haberse alejado de ese espacio que habita en su interior: el río, las lluvias tórridas del Sur, el litoral que llevamos dentro, esos paisajes revisitados que ahondan en el desasosiego.

En la línea de esos poetas mágicos que señalás se mueve esta obra. Es cierto que son poco conocidos, pero su estela llegará, porque forman parte de esa escritura en diáspora que cuanto más lejana más brilla.
Llama la atención que muchas veces esta poesía (o esta literatura) fuera acusada de "provinciana", cuando la actitud verdaderamente provinciana es no interesarse por aquellos que ahondan en la singularidad de una geografía imaginaria.

También deseo que su poesía pueda circular más. Sería un buen signo: aquel que abre a lo ignoto.

Gracias como siempre por alumbrar este espacio.
Un beso,
Arturo

PD: ahora mismo subo la entrevista al blog...

Raquel Viejobueno dijo...

Muchas gracias Arturo por tu información.

Anónimo dijo...

No lo conocía y la verdad, te lo agradezco.
"No me dejes sin mi silencio, te pedí, no te lo lleves todo, que no me quede con el tuyo todo, solo."
La forma de la imperfección es lo que hace perfectas a las cosas.
Saludos!

Arturo Borra dijo...

Bueno, me alegra que este blog ayude a abrir a estos poetas. Es una alegría y lo cierto es que Calveyra podría tener más difusión. Es cuestión de tiempo que un poeta así tenga más notoriedad pública (o eso espero).

Gracias por pasarte y va un saludo imperfecto!

Arturo