domingo, 29 de marzo de 2009

«Oración al levantarse» - Julio Eutiquio Sarabia
























Ven con las clamorosas sentencias del augur
y apacigua la cólera ciega de los pájaros.
Ven en el caballo bruñido que desciende a plomo
e ilumina mis axilas con el aroma de la menta.
Ven al modo del terciopelo que provee la lluvia
en los tejados mohosos de Cuetzalan.

Ven en días como éste
–ayuno de los dones: abstemio transito de norte a sur, oscuro
en los hoteles–,
marzo aunque sea en el relincho de las hordas
e induce el embeleso en el aura de las potestades.

Arriba en el sostenido bemol que adviene con la niebla
e introduce oscuras variantes en la melodía.
Arropa al peregrino que soy en tus rodillas: arrópalo,
Erinia, en la hora funesta de las persecuciones.

No dejes que la impostura arroje sobre mí sus salivosas
piedras
ni extraigas lecciones morales de semejantes anatemas o
monadas.
No calles si suplico el fuego piadoso de tus labios
ni consientas que peregrine en busca de los sitios culpables de
la furia.

Despójame de los fastos y el tósigo mantén a la distancia.
Cura mis oídos y aparta de mi boca locuaces silogismos.
Danza en la superficie luminosa que anuncia ya Kashima.
El tenue sentido del mundo proviene del aroma cuando bailas.
(Hojas verdes humean en la naciente pira
mientras escucho, en tus tobillos, el tintineo perturbado del
orfebre.)

























Otrora mis dientes cazaban en tu cuello
y susurros vertían en mordiscos temibles
cuyas manchas de almendra rememoro
porque un pañuelo después surgía con signos de extrañeza.

El rondador de riendas sin caballo que soy
–converso, humo por heraldo, rechifla por galope–
aguarda la tinta indeleble de tus días menstruales.

Muchas lunas de marea alta contemplan el hermético cielo de
tu sexo,
el eminente paisaje que arrebató la voz a los patriarcas
y los mantuvo, atónitos, en un cruce de caminos.

Tizne ancestral llevo por dentro
y tatuado el corazón con una estrella.











Biografía

Estudió la carrera de Lingüística y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Es escritor de los libros Cerca de la Orilla publicado por la Universidad Autónoma de Puebla (1993), En el país de la lluvia, de Fondo de Cultura Económica (1999), Mudar de Vida, coeditado por la BUAP y Luna Arena. (2003) y Tesitura, de Monte Carmelo (2008).
Recibió el premio José Fuentes Mares por Cerca de la orilla en 1994.
Participó en Ala impar: 20 años de poesía en Puebla y Pulir Huesos, Galaxia Gutenberg.
También publicó su trabajo en revistas como Biblioteca de México, Casa del Tiempo, Luvina y La Gaceta del Fondo de Cultura Económica. Actualmente, es subdirector de la revista Crítica de Puebla.

"En la poética de Julio Eutiquio Sarabia un ritmo tenso aloja un decir que no concede otra posibilidad que su estar dicho de ese modo. Una fidelidad a la transmisión estética del poema como memoria de una forma que hubiera sobrevivido a toda puesta en crisis sostiene una visión poética totavía aurática sometida por salud a una operación levemente irónica: el procedimiento toca la situación poética o el léxico utilizado pero no llega al cuestionamiento de la forma. Lo que podría atraer esta operación de conservación formal -la nostalgia por un tiempo pasado siempre mejor- no sobreviene: Sarabia juega en presente, su tiempo es éste, su poesía gana o pierde aquí su batalla por la forma".

Eduardo Milán, en Pulir Huesos, Galaxia Gutenberg, España, 2008, p. 36.

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