domingo, 25 de septiembre de 2011

Fragmentos poéticos de Noni Benegas: “la oración atropellada”

Leer de muchas maneras. Lecturas oblicuas, transversales, deteniéndose en lugares que el texto mismo no prevé, inclinándose sobre notas de viaje que quizás abrigan la promesa de un portulano. Desafiar así la ley prescripta del autor, incluso como forma de escuchar sus latidos más inadvertidos. Tal vez esa sea la aventura de cualquier lector: trazar sus propios énfasis, leer a contramano, bajo superficie, en los intersticios en los que se insinúa una herida. Si la lectura siempre es ya reescritura, aquí, el texto que la orienta.

A.B.

 Río Cuja -Leo Matiz


No podía dormir. Hacer el viaje de ida al sueño para que luego, al salir de entretelones hacia la madrugada, se fuera produciendo alguna revelación.
No, ni tan siquiera ir hacia la escena del sueño podía.
Antes, solía resolverlo como una penitente ante el altar: la oración atropellada, a oscuras en la almohada. Fonética invocatoria, mientras empuja lo no resuelto de este lado, como un avío de jirones bajo la butaca.
Ahora lo extiende claro y sin arrugas; nota cómo lo plancha en la memoria y le quita la amenaza de los pliegues. Dice: esto es lo que nadie me puede quitar. Y mientras voltea de un lado al otro de la cama se inclina con ella, como la superficie de un estanque de agua cuajada y opaca.


*

Eres un afuera
adentro es el nudo deseante
que quiere todo
sin saber cuánto ni cómo;
condición de tu deseo:
siempre más.
Mentira,
no era tanto;
eran unos límites
para, de vez en cuando,
tener un adentro: hogar
Y te patea fuera.
Están las dos afuera.



Amparo en la ventana -Leo Matiz



No se entrega, no se ofrenda en sacrificio, no arde con la familia. Se abstiene. Abstinencia. No era eso lo que quería amar.

*

El lugar tiene que ser inocente o haber sufrido mucho; nada deliberado. Fácil de descomponer, pero si fuera fijo, nunca un simulacro que le impidiese volcarlo a su favor.
El sistema del espacio, sus claves, no se sabrán sino después.
Quizás la única regla que se repita sea la de que no estaba destinado.

*

No sé si puede soportar que haya escritura.



De Noni Benegas, Fragmentos de un diario desconocido (2004)