viernes, 11 de enero de 2008

Carta al Ministro de Cultura

Los tres finalistas del II Premio de Poesía Viaje del Parnaso han elaborado el siguiente escrito para el que solicitan firmas de adhesión.

Para conocer más sobre el tema, van una serie de enlaces a distintos artículos relacionados:
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CARTA AL MINISTRO DE CULTURA CONTRA LA CORRUPCIÓN EN LOS MEDIOS LITERARIOS
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“No hay nada que resquebraje más los fundamentos de la democracia que la corrupción”.
--------------------------------------------------(María Teresa Fernández de la Vega)
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Señor Ministro:
Dado que su Ministerio está impulsando la necesaria reforma democrática de los medios artísticos y culturales de titularidad pública, mediante la aplicación de un Código de Buenas Prácticas, los abajo firmantes le pedimos que haga extensiva esta iniciativa a los ámbitos literarios de nuestro país que, directa o indirectamente, son de titularidad o financiación pública, y sobre los que se ha ido extendiendo poco a poco, mediante el consentimiento pasivo o cómplice, una serie de conductas que no pueden ser calificadas más que como corrupción, en la medida en que el dinero público acaba utilizándose para beneficio de unos pocos o desviándose hacia manos privadas sin posibilidad de control legal ni democrático alguno. Nos referimos a premios, publicaciones, actos, congresos, viajes, ferias, publicidad, subvenciones, ayudas, etc., que tienen por objeto promover, difundir o reconocer la obra literaria de nuestros autores, y que se llevan a cabo a través de todo tipo de organismos públicos, semipúblicos o privados financiados con dinero público, tales como ayuntamientos, diputaciones, ministerios, consejerías, direcciones generales, departamentos, concejalías, universidades, colegios, centros, asociaciones, fundaciones, revistas, editoriales, bibliotecas, museos, teatros, partidos, sindicatos, etc., todo un entramado de instituciones que dedican parte de su presupuesto a la edición y promoción de obras literarias o creativas de poesía, narrativa, teatro o ensayo. Que el amiguismo, el tráfico de influencias y favores, la existencia de camarillas y grupos minoritarios de presión y poder, la selección o exclusión de nombres en función de la docilidad, la ausencia de libertad y crítica, la adulación, la creación de prestigios artificiales mediante técnicas publicitarias y “mediáticas”…, que todo ello se haya convertido hoy en práctica casi común y aceptada, tal y como reconocen pública y privadamente la mayoría de nuestros escritores, es algo que ya no estamos dispuestos a seguir tolerando con resignación y fatalismo.Creemos que ha llegado el momento de denunciar este tipo de abusos e irregularidades, como las que los tres finalistas del II Premio de Poesía Viaje del Parnaso, impulsores de esta carta, hemos puesto de manifiesto. Pero, al mismo tiempo, y para que de verdad cambie esta situación de corrupción consentida, de dimensiones nada despreciables, pensamos que es imprescindible que se establezcan principios generales y normas que hagan imposible la actual impunidad de los corruptos y la indefensión de la mayoría, especialmente en todo lo referente a las Publicaciones y a la concesión de Premios Literarios. No queremos que el libro siga la senda del ladrillo, aunque algunos ya no distingan lo uno de lo otro, y lo único que les importe sea construir su propio palacete o chiringuito. Respetamos y dejamos de lado, por supuesto, los negocios literarios de empresas privadas, sean editoriales o de otro tipo, pero defendemos la labor que el Estado debe llevar a cabo para corregir los abusos y desigualdades del mercado, favoreciendo la creatividad y la innovación, poniendo siempre, por encima de cualquier otro interés, el mérito, el talento y la calidad de las obras literarias. Pensamos que existe en nuestro país, en todas sus lenguas y culturas, una gran capacidad creativa y literaria que, ante el panorama descrito, se está dilapidando, malversando o marginando, sin que las mejores obras puedan llegar a un público que igualmente valoraría y reconocería y con las que podría disfrutar, enriqueciendo así su vida y experiencias, que no otro es el fin de la literatura.Esperando que nuestra carta sea de alguna utilidad, reciba un saludo de quienes todavía confiamos en que la democracia sepa atajar aquello que, en las palabras que encabezan este escrito, más la resquebraja y pone en peligro.Santiago Trancón, Esteban Martínez Serra y Javier García Cellino

SI ESTÁS DE ACUERDO CON EL CONTENIDO DE ESTA CARTA TE ROGAMOS NOS HAGAS LLEGAR TU NOMBRE, DNI Y PROFESIÓN A ESTA DIRECCIÓN: contracorrupcion07@gmail.com

Las adhesiones pueden ser tanto individuales como de asociaciones o grupos, o de ambas formas a la vez.

domingo, 6 de enero de 2008

«Las tías», de Néstor Perlongher

y esa mitología de tías solteronas que intercambian los peines grasientos del sobrino: en la guerra: en la frontera: tías que peinan: tías que sin objeto ni destino: babas como lame: laxas: se oxidan: y así 'flotan': flotan así, como esos peines que las tías de los muchachos en las guerras limpian: desengrasan, depilan: sin objeto: en los escapularios ese pubis enrollado de un niño que murió en la frontera, con el quepís torcido; y en las fotos las muecas de los niños en el pozo de la frontera entre las balas de la guerra y la mustia mirada de las tías: en los peines: engrasados y tiesos: así las babas que las tías desovan sobre el peine del muchacho que parte hacia la guerra y retocan su jopo: y ellas piensan: que ese peine engrasado por los pelos del pubis de ese muchacho muerto por las balas de un amor fronterizo guarda incluso los pelos de las manos del muchacho que muerto en la frontera de esa guerra amo-rosa se tocaba: ese jopo; y que los pelos, sucios, de ese muchacho, como un pubis caracoleante en los escapularios, recogidos del baño por la rauda partera, cogidos del bidet, en el momento en que ellos, solitarios, que recuerdan sus tías que murieron en los campos cruzados de la guerra, se retocan: los jopo; y las tías que mueren con el peine del muchacho que fue muerto en las garras del vicio fronterizo entre los dientes: muerden: degustan desdentadas la gomina de los pelos del peine de los chicos que parten a la muerte en la frontera, el vello despeinado.








Biografía
Néstor Perlongher nació en Avellaneda en 1949. Fue militante trotskista y luego anarquista, dirigente estudiantil, y uno de los iniciadores del movimiento por los derechos de los homosexuales en la Argentina, en la década del '70. En enero de 1976 fue detenido y procesado penalmente.
En 1982 se recibió de sociólogo y se trasladó a San Pablo, Brasil. Allí realizó la maestría en Antropología Social en la Universidad de Campinas, de la cual también fue profesor.
Creó un estilo propio que llamó "neobarroso" en el que según su explicación mezclaba el estilo barroco con el barro del Río de la Plata.
Una de sus últimos trabajos fue su monografía "La muerte de la homosexualidad" escrita en pleno desenlace del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Su último poema se tituló "La muerte en bicicleta".
Falleció a causa del SIDA en 1992.

Obra
Poesía
Publicó seis libros de poemas:
Austria-Hungría (Buenos Aires, Tierra Baldía, 1980)
Alambres (Buenos Aires, Último Reino, 1987; Premio "Boris Vian" de Literatura Argentina)
Hule (Buenos Aires, Último Reino, 1989)
Parque Lezama (Buenos Aires, Sudamericana, 1990)
Aguas aéreas (Buenos Aires, Último Reino, 1990)
El cuento de las iluminaciones (Caracas, Pequeña Venecia, 1992)

Prosa


Publicó varios textos en prosa, entre ellos:
El fantasma del SIDA (Buenos Aires, Puntosur, 1988)
La prostitución masculina (Buenos Aires, La Urraca, 1993)
Prosa plebeya (postmortem) (Buenos Aires, Colihue, 1997)