¿Quién no se preguntó qué hubiese ocurrido si esa República, encarnada en unos grupos políticos y sociales específicos, no hubiese sido brutalmente derrocada?
Si la derrota no sólo se mide por sus muertos o por los que abandonaron el campo político, sino también por aquello que hace impensable, entonces, interrogarse aún por esta otra historia es abrir una grieta a un sistema que, en una dimensión ideológica, se presume indiscutible: es volver a cuestionar la plenitud del presente, para devolverlo a su contingencia histórica.
A.B.
2 comentarios:
Lo que pudiera haber sido
y no fue. Como una utopia
que busca su forma.
Saludos.
Penélope, efectivamente, lo que allí se puso en juego es una utopía, pero una utopía histórica, de esas que pueden movilizar los pies.
Por lo demás, bienvenida a este espacio.
Gracias por pasar y otro saludo,
ARturo
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