sábado, 7 de mayo de 2011

Dos poemas de Nazim Hikmet: "temblar siempre de frío"

¿Qué sobrevive del poema en la traducción? Y si la traducción es pérdida, ¿qué promesa persiste para seguir buscando en esas palabras del exilio? La pregunta insiste: ¿a quién puede dirigirse ese discurso de la extranjería que se cruza con lo intraducible?

A.B.

 


"Yo no quiero temblar siempre de frío"
N.H.


Praga optimista

1957,
diecisiete de enero
Son nueve horas en punto
El frío soleado que no sabe mentir
El frío es rosa pálido
----El frío es azul cielo
Mis bigotes rojizos corren riesgo de helarse
La ciudad de Praga está grabada sobre una copa de cristal
----Grabada con la punta de un diamante
Y si yo la tocara, ella resonaría
listada de oro, límpida y blanca.
Son nueve horas en punto
----en cada una de las torres
-------y en mi reloj-pulsera
El frío es asoleado y rosa pálido
El frío es azul cielo.
Son nueve horas en punto
En este minuto, en este instante
----ni una mentira ha sido dicha en Praga
En ese minuto, en ese instante
----las mandres alumbraron sin dolor
y por ninguna calle
----ha pasado siquiera un sólo entierro
En este minuto, en este instante
----todas las curvas han subido
-----------menos las de los enfermos-
En este minuto, en este instante
----son muy hermosas todas las mujeres, todos los hombres son inteligentes
los maniquíes de cera sin tristeza
En este minuto, en este instante
----en todas las escuelas, los niños respondieron
----sin balbucear a todas las preguntas
En este minuto, en este instante
----hubo carbón en todas las estufas
----todos los caloríferos marchaban
y como siempre recubierta de oro está la cumbre de la Torre-negra
En este minuto, en este instante
----los ciegos olvidaron sus tinieblas
----y sus jorobas los jorobados
En este minuto, en este instante
----yo no tengo siquiera un enemigo
Nadie podría imaginar tan sólo
que los días pasados pudieran retornar
En este minuto, en este instante
Venceslao bajó del caballo de bronce
----y se mezcló a la muchedumbre
----sin ser reconocido
En este minuto, en este instante
----el frío asoleado que no sabe mentir
----el frío es rosa pálido
----el frío es azul cielo
La ciudad de Praga está grabada sobre una copa de cristal
----Grabada con la punta de un diamante
Y si yo la tocara, ella resonaría
----listada de oro, límpida y blanca.







La red

Junto a esta orilla, en el umbral del mar
----------como una red
----------la lluvia me rodea
En los días lluviosos está en el mástil la bandera blanca
Llueve y de repente
----------es muy fácil morir
y esperar a la muerte es igualmente fácil


De Nazim Hikmet, Duro oficio el exilio


4 comentarios:

Leonardo dijo...

Un grupo argentino, Nacimiento, que pasó por Colombia en el año 76, cantaba una canción de Nazim Hikmet y fue así como entré en su obra y como supe de sus larguísimos años de prisión y de exilio. Poeta cuyos pies se hunden en la tierra y cuya mente y manos, incluso encarceladas, no cesan de acariciar las estrellas, indoblegable. Lo que siempre me ha impactado en su poesía es el optimismo, un optimismo que sobrepasa el dolor porque nacido del dolor mismo y que parece devolverle a las cosas, como a la muerte, su simplicidad.
No sé si la traducción sea una especie de exilio de un texto, y si la nueva lengua le dé un refugio adecuado, pero algo debe de quedar, como algo queda en nosotros del que fuimos antes de partir. ¿Seremos acaso una mala traducción de nosotros mismos? Seguro queda siempre una parte irreductible, ¿es, entonces, lo no dicho lo que sobrevive del poema?
Un abrazo

Arturo Borra dijo...

Querido Leonardo, me encantaría escuchar esa canción. N.H. tiene esa marca del exilio que al menos a mí me resulta conmovedora.

Me cuesta comprender tanta indiferencia ante el dolor ajeno; sin embargo, poetas así seguirán ayudando a erosionar esa muralla. Es cierto que hay un cierto optimismo en Hikmet, tal vez como actitud ante el dolor. Aun así, se trata de una actitud bastante atemperada. Seleccioné uno de esos poemas -escasos por cierto-, pero es difícil no sentirse atrapado por la red que asfixia la vida.

La idea de la "traducción" como una especie de "exilio textual" me atrae. Lo que quizás esté exiliado sea el sentido: aquel afuera que vive de un adentro y que halla su sentido ahí, a pesar de una distancia insalvable.

¿Malas traducciones? La conciencia es algo de eso: un intento imposible de capturar nuestra "parte" más desconocida.

En cualquier caso, tus preguntas son mías también. Hay, detrás del poema, una palabra muda. Aquella palabra que no puede ser dicha en pleno día. Por eso la transparencia tiene siempre algo de impostura. En simular una claridad que carecemos.

Gracias por dar calor a estos poemas.

Va un fuerte abrazo,
Arturo

Anónimo dijo...

holla amigos su espacio online es muy hermoso,esto es la tercera vez que vi tu pagina, buen espacio!
hasta

Arturo Borra dijo...

Anónimo, bienvenido/a entonces a este pequeño espacio.

Gracias por tus palabras y por aquí seguimos, compartiendo poesía...

Arturo