domingo, 7 de junio de 2009

«Nada» - un poema de Julieta Valero

Por Laura Giordani encontré a esta poeta que, para fortuna de muchos lectores, recuerda que otra poesía es posible en este revuelto principio de milenio.
Para ella, entonces, este poema herido.
A.B.





















Nada

En la fe que te tiene tu madre; contra el vinilo felino de su olor, contra su cielo
protector y esa dulce enfermedad que ella nombra con tu nombre
Nada.

Nada en la previsión del deseo y en su escritura.

En la calma que sucede a la coronación se restauran los relojes;
ahí, sobre la fría tarima de ese puente, Nada.

La brevedad que arrebata a perros y gatos abruma de indignación a un arcángel compasivo. Él no se prolongará mucho más y a estos tres dolorosos misterios
sucederá un silencio con nuevos personajes del que se deduce Nada.

Nada en la resaca de los cines, en la digestión de los juegos de pelota; sobre la
oferta del humus crece Nada. Incluso la idea y consumación de París, la idea y
consumación de los mares del sur y el refugio de la Historia son Nada.

Nada en la párvula ira ante el noticiero.
Los músculos y sed de justicia, la palabra lealtad, la palabra y el río duración se
comportan como olas. Eso duele, cuestiona el nivel del mar y certifica
ácidamente Nada.

En los voraces. En los voraces que son multitud y en la casa que les tiene cada cual.
En la noche que expanden y en la respuesta del arrabal con tambores de
hambre, deseo y odio puro. El episodio de la injusticia es hoy, el episodio de la
injusticia es uno y va convirtiendo sus nombres en Nada.

Los rincones limpios. Lo que cuesta regresar al silencio del lactante.
El que busca la eternidad en su huerto. El que tala durante años su alma y se encuentra un hueso blanco, de acero.
El que habla con Dios y no deja de afeitarse.
El insomnio del petróleo y el que sabe este secreto.
El deficiente, su suerte probable. El círculo en que el perverso se cumple.

Y el destino o historia del sudor, en fin, su final pequeño. Son Nada.

Y amor: en esta lengua muerta que nació y habrá de irse con nosotros.
En sus caderas prolongando el mediodía, en tus caderas como tábano infligiendo
mortal soledad.
Donde corazones semejantes liban su debilidad como llagas preciosas.

En toda tierra prometida, en toda vida ausente.

Julieta Valero

11 comentarios:

Stalker dijo...

Excelente, Arturo. Vengo leyendo a esta poeta desde hace tiempo. Junto a Esther Ramón y Yaiza Martínez, una de las escrituras más sobresalientes de la poesía española joven... especialmente por lo que habrán de dar en el futuro.

Gracias

Portinari dijo...

Y todo se resume en nada.
Este poema me deja una sensación devastadora, que tala árboles por dentro...

Un saludo Arturo.

Portinari dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
rubén m. dijo...

Habrá que leer a esta mujer, lo poco que conozco de ella me gusta. Y éste en concreto me parece un estupendo poema.

abrazos

Laura Giordani dijo...

Qué buena elección Arturo. Esta poeta tiene una de esas voces que hay que seguir con atención. Gracias por dedicarme este poema herido: de herida a herida como dos costas, nos encontramos a mitad de océano para compartir bálsamo y palabra. Allí espero.

Un beso,

Laura

Arturo Borra dijo...

Sí querido Stalker, Julieta Valero y Esther Ramón –de Yaiza Martínez he leído poquito- me parecen poetas potentes, a quienes se les adivina un universo imaginario rico, desgarrado, que en su devenir seguramente nos traerán más de algún hallazgo. La poesía se hace río que trae tablas rotas, con las que uno intenta reinventar sus habitaciones.
Gracias por estar, a pesar de mi ausencia última.
Un fuerte abrazo,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Lo mismo te digo a vos Portinari. Gracias por la paciencia, por la comprensión anticipada de las pausas. “Y todo se resume en nada”, señalás, y puede que así sea. O incluso: puede que en el núcleo mismo de todo irrumpa nada, la negación de ser, que horada la plenitud o la hace imposible. En esa búsqueda de una plenitud imposible, sin embargo, nos constituimos. Y así andamos, con la devastación en la boca y la promesa, a pesar de todo.
Un abrazo,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Sí Rubén, es una poeta a la que hay que seguirle la pista… Seguro que encontramos rastros de su escritura que invitan a la inmersión.
Gracias por pasarte y otro abrazo,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Bueno Laura, qué te voy a decir, si vos me recomendaste a esta poeta…
Agradecerte por compartir, incluso las heridas, que el ser es eso: abismo y bálsamo que urdimos en los tejidos.
Si todos asumiéramos nuestra vulnerabilidad, otro sería el mundo. Pero ya ves: en la (re)negación se producen los peores peligros, las más terribles pesadillas de extinción, esta nada que nos crece incontrolablmente.
Gracias entonces por la cercanía y otro beso,
Arturo

Leonardo dijo...

La poesía vive y tal parece que hay buscadores de tesoros y buscadores de buscadores de tesoros.
Un saludo

Arturo Borra dijo...

Querido Leonardo, la poesía vive de la búsqueda, claro que sí... y siempre es hermoso encontrar amigos y compañero/as de viaje que nos ayuden a mirar.
Saberse insuficiente tiene eso: la apertura no es lujo, sino parte de la respiración.
Gracias como siempre por pasarte y un abrazo fuerte,
Arturo