“Toda escritura nace de una herida que nunca cicatriza
Eduardo Milán
hora de decir
no con los dedos
hora de decir
tartamudeó el habla
sonó, cortó el desierto
hora cortada
desierto paró, que lo parió la hora
arena, que negó la parte
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-el extranjero que parte a extranjero
llega a sí
mismo, nuez
inmóvil –vuelta al mundo
-por la mitad
ambas cuencas de la cáscara
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poema medio hecho espera afuera
no se emplea a fondo, a armarse a sí mismo
para un porvenir que resistirá, es necesario
una revolución, quizás, por aquí, por allá
aquí –tantea, tantea
pasa un olímpico con el encendido
al mismo tiempo pero en otro-
tanta cinismo, nieve completa, copó
los amplios espacios sin afecto
donde, adentro, ahí, se redacta la letra de cambio
el cambio de letra de la especie oso
ella se lleva entre las patas a la otra hacia abajo
-asómate a la rincona
verás que sube un aire medio cómplice, apagado
de los extinguidos de hoy en día
o que por ese camino van-
mientras tanto pega con las mismas en el vidrio, quiere entrar.
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Para más poemas, aquí; para acceder a entrevista, aquí.
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Eduardo Milán nace en Rivera, Uruguay, en 1952. Desde 1979 reside en México, una vez abandona su país natal para alejarse de la persecución política de los regímenes militares que gobernaron Uruguay entre 1972 y 1985. En 1997 obtuvo el importante Premio de Poesía Aguascalientes.
Ha publicado una docena de libros de poesía: Estación, estaciones (Banda oriental, Montevideo,1975), Esto es (1978), Nervadura (Ediciones del Mall, Barcelona, 1985), Cuatro poemas (1990), Errar ((El Tucán de Virginia, México, 1993), La vida mantis (El Tucán de Virginia, México, 1993), Nivel medio verdadero de las aguas que se besan (Ave del paraíso, Madrid, 1994), Algo bello que nosotros conservamos (Vitoria, México, 1995), Circa 1994 (Práctica mortal, México, 1996), Son de mi padre (Ediciones Arlequín, México, 1996), Alegrial (Ave del paraíso, Madrid, 1997), Razón de amor y acto de fe (Visor, Madrid, 2001), Querencia, gracia y otros poemas (Galaxia Gutemberg, Barcelona, 2003), Acción que en un momento creí gracia (Igitur, Tarragona, 2005) e Indice al sistema de arrase (Baile del Sol, Canarias, 2007).
Su labor como crítico literario se vincula a revistas como «Vuelta», dirigida por Octavio Paz y ha participado como antólogo en varios proyectos, incluyendo el libro colectivo Pulir Huesos de Ediciones Hidalgo.
Como ensayista ha publicado los libros Una cierta mirada (UAM, México, 1989), Insistencias sobre el presente poético (Luz azul, México,1994, 2004), Justificación material (FCE, México, 2004) y Resistir (Fondo de Cultura Económica, México, 2004), entre otros.
21 comentarios:
Quiero perder; pero entre el querer y perder hay varios entreactos; Heridas.
El habla corta el desierto con su fina punta de sable; se dibuja allí nuestra calavera, y las cuencas de nuestros ojos nos miran asustadas.
Las dos partes de una moneda; dualismo.
Pizarnik llevaba razón; impotencia por sentir que no se acerca al blanco.
Saludos Arturo. Me encantó la entrada.
Buenissímo Eduardo Millán. Me encanta.
Gracias Arturo.
Un abrazo a todos desde aqui.
Hay una canción muy linda, de Eduardo Darnauchans (el cantautor uruguayo) que se llama "Mis hermanos" y está en su último disco "El angel azul". Las letras son de Milán. Apenas un dato. Beso, Sole.
Arturo:
Vale Eduardo como quebrada en el camino. Y ahí uno se detiene. Hay abismo y enfrente una llanura inacabable a la vista. La poesía que ahí sale, salta, avanza no tiene miedo al miedo, o es de esa nocturna lucha con los demonios y la desesperanza una insurrecta mariposa que leve vence la negritud o el blancor del vacío, de la rendición.
Gracias por volver con Eduardo, al punto medio del existir. Y por hacer visibles las tentativas de creación, diálogo y resistencia.
Un abrazo grande,
Víktor
Os escuché por primera vez en Punta Umbría a tí y a Laura. Sois una pareja genial, me encantó lo vuestro.
Os sigo a través de vuestros blogs... aunque soy un patoso informático...
Saludos
Rubén.
Qué buena entrada! La selección que has hecho de esos fragmentos de la entrevista que le hicimos junto a Víktor, más los poemas y las imágenes ha dado un resultado hermoso. Por cierto, cuánto aprendimos en ese diálogo con él, a mí me disparó mucho, mucho y recuerdo que las preguntas surtían casi autonomizándose.
Exponerse a las letras de Milán es siempre un ejercicio de intemperie, muy sutil. Si uno busca seguridades, grandes afirmaciones o grandilocuencias poéticas o ideológicas, pronto se encuentra pisando la arena... Así lo siento: el lenguaje mismo se abaja como un silbido, se resiste a ser fijado en una práctica de resistencia poética y vital tan bien expuesta en su libro “Resistir”.
hora de decir
no con los dedos
hora de decir
tartamudeó el habla
He subido los PDFs de los pliegos con la Entrevista que le hicimos (Entre escuchas, pérdidas), más la selección de poemas inéditos con comentario de Antonio Méndez Rubio (Emergencia del escucha), publicados por la Fundación Inquietudes. Dejo los links para quien quiera echar una ojeadita. Hay que ampliar un poco el tamaño de la letra para leer bien.
http://www.scribd.com/doc/15426660/Entre-escuchas-perdidas
http://www.scribd.com/doc/15426790/Emergencia-del-escucha
Por mi parte, subiré a mi blog esos links también para compartir ya que es muy posible que los pliegos no puedan llegar a todas las manos.
Desde la cercanía, un abrazo.
Laura.
Sí Portinari, la vinculación de la poesía con la pérdida es central, contra toda espectacularización de lo poético. El espectáculo suma, in-corpora, triunfa y reproduce lo masivo; aquí hay soledad, heridas, que no suturan porque son constituyentes de la escritura; aquí hay posicionamiento que exige un estricto ejercicio de distanciamiento con respecto a nuestras complicidades cotidianas. Al menos desde esta concepción es difícil concebir lo poético como práctica “pop”, como herramienta que hace-ganar (públicos, títulos, libros, cargos, lo que sea).
Y el decir poético –como esa extranjería de la que nos habla Milán en varias ocasiones- atraviesa el desierto; corta las horas, las hace sangrar en su interrogación radical que, como Pizarnik y tantos otros, sabemos que finalmente fracasará, aunque sea un fracaso fulgurante, de esos que valen.
Gracias por entrar a estos poemas.
Un abrazo,
Arturo
Hola Lola, gracias por pasarte por aquí. Estos poemas son una pequeña muestra de un discurso poético que prolifera, juega, arriesga. Osadía del decir que, contra toda quietud, apuesta hasta los huesos.
Y ahí, ¿cómo no celebrar esa otra comunidad tan fugitiva y necesaria a la vez?
En cualquier caso, un placer tenerte en esta casita.
Un abrazo –y esperamos verte pronto,
Arturo
Todo parece fragmentario en estos poemas, todo es arranque y abandono, tartamudeo, poesía en suma...
Regocijante lectura.
Gracias por tus comentarios en tajalápiz.
Un abrazo
Siempre que leo algo de Eduardo Milán me surge la palabra resistencia, de manera instintiva, sin forzarla. Creo que está en sintonía con lo que decís vosotros. Urgen más poetas así en el a veces baldío páramos literario. Por suerte un puñado de voces se despeñan en la casa interior y nos insuflan su aliento.
(añadir que la intervención de Portinari me ha parecido extraordinaria)
Abrazos
Hola Sole –me alegra conocer tu nombre-, gracias por el dato. Estuve buscando la canción para colgarla en la entrada, pero no he dado con ella. Si sabés cómo hallarla en la web, please, avisame, así la subo.
En cualquier caso, ya ves cómo el intercambio enriquece y aporta lo que nos resulta desconocido.
Gracias entonces por el dato y por pasarte por aquí, a pesar de mis tiempos penosos de respuesta.
Un abrazo,
Arturo
Querido Víktor, compartimos esa admiración por este poeta que invita a la detención, aunque haya abismo o, precisamente, porque hay abismo. Es decir: hay ser (como diría Castoriadis). El ser como abismo nos interpela para decir la noche, para arrancarle una promesa –la esperanza es eso, no conquista sino apertura-. Ante esta poética, que es apuesta existencial, ¿cómo no escuchar, cómo no internarse en su espesura?
Gracias a vos por seguir internándote en estas latitudes lúcidas (las de Eduardo, claro).
Otro abrazo fuerte,
Arturo
Hola Raúl, disculpa mis tiempos... hace días quería agradecerte tu comentario generoso. Me alegra que te haya encantado lo nuestro. Es un aliciente para seguir, para ahondar las apuestas, para ser cada día menos autocomplaciente, porque de eso se trata: de tomar incluso los elogios como invitaciones a seguir trabajando.
Pásate por aquí cuando quieras; será un placer seguir conversando con vos.
Gracias por dejar tu huella.
Va un cálido saludo,
Arturo
Laura, me alegra que te haya gustado la entrada. Y aunque sé de tu cercanía con la poesía de Eduardo, siempre es bueno saber que estos fragmentos te llegan.
Dicho sea de paso: agregué los links que me indicaste, de manera que a quien le interesen pueda acceder directamente a la entrevista y a otros poemas.
Un "ejercicio de intemperie", como decís, constituye esta poesía que huye de la grandilocuencia para poder decir lo central. No es fácil, pero es la única manera. Como decía Rilke, hay que atenerse a lo difícil.
Y aunque procure decirlo de muchas maneras, también desde aquí va mi agradecimiento (con vos y con Eduardo).
Un beso,
Arturo
Hola Leonardo, antes que nada, decirte que no hay nada que agradecerme. A pesar de mi deseo de construir diálogos diversos, apenas puedo sostener algunos, y por eso intento cada tanto dar señas de mis lecturas. Como sea, quien está agradecido por tu interés soy yo.
Con respecto a la poesía de Milán se adivina detrás del fragmento la fractura. Hay fragmento quizás porque hay un todo fracturado; un todo que no cierra, que anuncia la imposibilidad de clausura. Ahí sólo queda el tartamudeo, o como decía P. Celan, el balbuceo. ¿Qué más podemos hacer ante la oscuridad?
Un fuerte abrazo,
Arturo
Sí Stalker, leer a Eduardo Milán es leer resistencias que se urden en la trama de su poetizar, en un lenguaje roto, desgarrado por aquello que no tiene nombre. Fijate que, a pesar de tanta acusación facilista (y cuánta más furia nace del simple estar-en- tensión, de no ceder al discurso cortesano), quienes procuran resistir no suelen andar proclamándolo en sus poemas. Lo hacen construyendo una sintaxis de la revuelta o mejor, de la rebelión. A pesar de la historia vivida, la poesía de Milán se resiste, también, a la exhibición del dolor. Cuando la poesía nace de la herida, no se puede más que balbucear...
¿Cómo no rescatar, entonces, esas trazas en pleno baldío? ¿Cómo no sumarse a ese aliento desnudo?
Gracias por iluminar todos ustedes esta casita.
Un fuerte abrazo,
Arturo
Soy un desastre en eso de bajar música de internet, pero sé que sí está ese disco en la red. Por lo que veo, hicieron un trabajo importante sobre Eduardo Milán. Mis felicitaciones al equipo. Gracias por compartir Arturo...
Siguiendo la buena pista de Sole:
http://viktorgomez.blogspot.com/2011/01/eduardo-darnauchans-sonatina-de-el.html
Un abrazote y besos,
Vik
Gracias Vík por la buena pista! La exploraré no bien pueda.
Un abrazo fuerte,
ARturo
Perdón por este comentario tan tardío a esta entrada. Me gustaría saber a qué poemario pertenecen estos textos.
Gracias.
M.
Hola M., estos poemas fueron rescatados de una plaquette editada por la Fundación Inquietudes, publicado en 2010 en España.
Aquí tienes toda la info:
http://www.fundacioninquietudes.org/area-publicaciones/pliegos-poesia_02i.php
Un abrazo,
Arturo
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