jueves, 18 de diciembre de 2008

Un huérfano - Víktor Gómez




















"Oigo pasos, oigo el lastimoso trueno que al perenne huérfano perturba."
Juan Carlos Mestre (de La tumba de Keats)


Un huérfano.
La habitación del hotel. Quizá la lluvia.
Mirar para nada, para no hablar tal vez,
mirar a la pared.

¿En ese momento moría un ángel?

Una herida.
No hay arma visible, no hay luminosa
huella, rostros o palabras, olor ni
tan siquiera.

Un niño solo.
En menos de un minuto la calidez
de una madre
le llevará a un nacer nuevo, a vivir.

En su vientre
quedan noches vacías de leche.
En sus ojos la insabora oquedad de un pozo
con insectos.
En sus manos la aridez sin almohada
del lecho entre barrotes.

No recuerda del daño
ni los agentes
ni el lugar. Pero su sangre liviana
tiene una deficiencia de glóbulos rojos
y su anemia
emana de un músculo aterido
que debiera mover el caudal
rojo de sus cañerías.
(Esas que un día se cerraran con anginosa memoria).

Se abre la puerta y el huérfano siente
sin saber,
siente que alguien de su amoratado cuello levanta
la soga de los abandonados.


Víktor Gómez


14 comentarios:

María Socorro Luis dijo...

Bravo, Viktor.Me ha conmovido entera.Afortunadamente con un final feliz.
Muxu bat.

Lola Torres Bañuls dijo...

Esta muy bien.

"La soga de los abandonados"

Un poema con fuerza.

Saludando Feliz Navidad aunque sea un topico

Yoni Melavo dijo...

Éste Viktor es todo sensibilidad. Que no se nos pervierta.

Me ha hecho llorar. Y eso es bueno, hacía tiempo que no lloraba.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

María, Lola, un besito navideño y el deseo más ardiente de un Año Próspero para todos, empezando por los últimos.

vuestro Víktor

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Arturo:

En tu casa
éste huérfano
sonríe y canta.


Un abrazote

Víktor

Laura Giordani dijo...

Qué buena entrada, Arturo. La foto que has escogido para acompañar este poema de Víktor está genial.

Hace unos pocos días leí este poema y me resultó a la vez conmovedor y perturbador.
Lo suficientemente perturbador (como debe serlo todo buen poema) para tener deseos de retornar a leerlo, necesitar encontrar sentidos ocultos...

"La soga de los abandonados" es de esas imágenes potentes, memorables.

Ojalá esa orfandad encuentre alivio entre estas paredes virtuales donde intercambiamos palabra y temblor

Un abrazo a todos y gracias, Arturo.

Laura.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Queridos amigos. Vivimos tiempos de gran orfandad. Colectiva y personal. Ojalá seamos de los que levantan de la soga a los abandonados, de los que acogen.

Como dice Laura, nuestra poeta, es la bondad, es ahí dónde la poesía y el ser se juegan la existencia.

Un beset a todas y todos.

Víktor

P.D.: Arturo, quiero agradecer que sea aquí, en tu justa belleza de lector "intelligere" (que lee entre líneas) donde pueda respirar este textito. Un honor.

Arturo Borra dijo...

Hola María Socorro, otra vez bienvenida a este pequeño espacio. Ya viajaré virtualmente hasta tus tierras; mientras, seguiremos compartiendo poemas como éste, detrás del que se alza un deseo de comunidad, de clausurar las pérdidas y reencontrarnos en los demás.
Gracias por pasar por aquí.
Un abrazo fraterno,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Sí Lola, esa soga de los abandonados tira de nosotros y duele. Porque como ese niño de "Los que abandonan Omelás" de U. Le Guin -próximo post mío- el niño de Víktor puja por otra sociedad.
Para que no haya más subterráneos de soledad.
Otra vez gracias y también para vos felices fiestas,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Hola Yoni, bienvenido a este espacio. También a mí me conmovió este poema, construido sobre fibras íntimas -y no tuve más que abrazarlo y tratar de atemperar su desamparo vital.
En cuanto al poeta que está detrás, efectivamente, su sensibilidad lo convierte en alguien especial, buscando aquello que el presente nos niega. Son -como decía Brecht- de la especie de los "imprescindibles".
Cada día siembran sus flores -y el llanto las hace crecer.
Gracias por pasar por aquí y recibe un saludo cálido,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Víktor,

Una sonrisa resuena
en esta casa huérfana:
hace cantar los muros -los
derriba
sobre las pérdidas, hace fecundar
las promesas de otra tierra.

De la orfandad volveremos
a nacer. Y toda infancia recordará
la memoria del canto.

En ese porvenir
toda la luz presente
se agita.

Otro abrazo fuerte,
Arturo

Antonio Martínez i Ferrer dijo...

Mi querido Arturo, pero, mejor decir mi querido Victor. El temblor de tu voz en la angustia frente al daño, ese daño cosmico como es el de los niños, pequeñas miradas sin culpa, ese cruel golpe que sufren sin saber porqué.

Esa manisfestación inhumana de la sociedad para con los niños hace que "sangre el universo".

Un abrazo complice, Antonio.

Arturo Borra dijo...

Gracias Laura, me alegra saber que te ha parecido buena la entrada.
Y sí, hay poemas que reclaman ser cobijados -y éste me pareció uno de ellos-. También vos abrazás a esos huérfanos... lo sé muy bien, y "Materia oscura", a su modo, es también una clara referencia a ese mundo de una infancia arrebatada por todos los desamparos.
Un fuerte abrazo,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Querido Antonio, me alegra encontrarte por aquí. Y no me sorprende que el encuentro sea a partir de algo que nos acongoja a muchos: la penuria del abandono.
En cualquier caso, amigo, gracias por tu paso y tu huella.
Otro abrazo cómplice,
Arturo