es todo el mundo:
otra parte es nadie:
fondo sin fondo.
Una parte de mí
es multitud:
otra parte extrañeza
y soledad.
Una parte de mí
pesa, pondera:
otra parte
delira.
Una parte de mí
almuerza y cena:
otra parte
se espanta.
Una parte de mí
es permanente:
otra parte
se sabe de repente.
Una parte de mí
es sólo vértigo:
otra parte,
lenguaje.
Traducir una parte
en la otra parte
-que es una cuestión
de vida o muerte –¿será arte?
De Poema sucio/El vértigo del día (edición bilingue), editorial Corregidor.
Ferreira Gullar es el nombre literario de José Ribamar Ferreira (Sâo Luís do Maranhão, 1930), poeta y crítico de arte, periodista y locutor de radio en su juventud, su primer libro de poemas fue Um pouco acima do chão, publicado en 1949, años en los cuales decidió mudarse a Río de Janeiro, donde ha vivido la mayor parte de su vida, ejerciendo la docencia, la crítica de arte y el periodismo, luego de varios exilios. A partir de los años sesenta hizo parte de los movimientos concretista y neoconcretista, aun cuando ha reconocido que llegó a la poesía de la mano de los Sonetos de Orfeo de Rainer María Rilke, a quien leyó en todas las traducciones que llegaron a sus manos, pero también gracias a las tempranas lecturas de hizo de Joâo Cabral de Melo Neto, Manuel Bandeira y Carlos Drummond de Andrade.
En medio de las aventuras concretistas, Ferreira Gullar, que desde comienzos de los sesentas había participado activamente en los movimientos culturales y políticos de entonces, (renuncia a la presidencia de Jânio Cuadros, toma del poder por Joâo Gulart) y el subsiguiente golpe de cuartel, fue encarcelado y tuvo que huir de Brasil temiendo por su vida. Vivió primero en la Unión Soviética por dos años, donde estudio marxismo leninismo en la Escuela del Partido, luego recaló en Chile, cuando estaba a punto de ser asesinado Salvador Allende y así hasta tener que vivir en Perú y Argentina, hasta cuando pudo regresar a su país en 1977.
“Mi poesía nace de lo real y de lo común de las cosas banales, de la luz sucia y verdadera que hay en las cosas y en las personas", dice el poeta. Poema sucio (1976) es otro de los hitos de su obra.
Entre sus restantes obras cabe destacar los libros de poemas Na vertigem do dia (1980), Barulhos (1987) y Muitas vozes (1999), la colección de cuentos Cidades inventadas (1997), los ensayos Indagações de hoje (1988) y Argumentaçaõ contra a morte da arte, y el volumen de memorias Rabo de foguete: os anos de exilio (1998).
6 comentarios:
Una parte de mí
es sólo vértigo:
otra parte,
lenguaje.
Qué elocuente manera de poner sobre el tapete la dificultad de traducirse, de convertir todo esa alforja de vértigo que somos en palabras y cuánta posible pérdida en ese trasvase, en esa traducción que siempre mata algo.
No conocía a este poeta, Arturo.
Gracias por traerlo. Hay mucha poesía de nuestros vecinos que apenas conocemos: la brasilera es mi deuda.
Un abrazo grande,
Laura.
Es un poema muy interesante.
También tu blog esta muy bien. Lo voy a incluir en mis favoritos.
Lo voy a leer periodicamente. Me interesa mucho.
Yo también soy de Valencia.
Lola
Sí Laura, "traducirse" es casi una teoría de la intraducibilidad. Un intento por decir lo indecible, en una transcripción de lenguajes que supone siempre una pérdida semántica.
Hay muchos poetas que desconocemos, desde luego. Es eso mismo lo que nos exige sobre todo desplazarnos del lugar de la experticia, de la erudición y mucho más radicalmente de la presunta sabiduría.
Salirnos de eso es decisivo, para no convertirnos en administradores de la distinción.
Gracias otra vez por tu presencia y ótro abrazo,
Arturo
Hola Lola, Ferreira Gullar es uno de esos poetas que invitan a sumergirse. El poema está muy bien; creo que expresa con belleza este intento imposible de traducción entre hemisferios inconmensurables.
Como sea, me alegra que te interese este blog. Por mi parte, ya me pasaré por tu blog a explorar un poco.
Gracias y bienvenida a este espacio,
Arturo
Arturo:
Vuelvo por aquí y releeo.
Ferreira me encanta, un poeta de palabras sencillas y que ha sabido plasmar tan bien con pocas palabras, el dia que su padre fue a Rio o aquel pétalo azul como una sonrisa celeste que vió un dia desde el balcón de su casa.
Fabuloso.
Gracias por traerlo.
Un abrazo,
Estel J.
Ya ves Estel, uno se encuentra en caminos diversos. Aquí la sencillez formal no es impedimento para referirse a esta traducción imposible del claroscurso.
Gracias otra vez...
Arturo
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