5.
… bajo el hielo que se derrite. Misil de angustia en el que ahogarse tras
ventanas que no cesan de adjetivar. Hoy estás herida, ayer rutilante, y mañana,
quién sabe si mañana vendré con pájaros moribundos. Siembra silencios y
recogerás soledades, dice el humorista. Habré de callarme para recomenzar,
frotarme las manos para que desaparezcan las huellas dactilares y, en la
explanada abierta de la palma, poder sembrar las vocales de un lenguaje propio.
1.
Y miro mis dedos porque sólo desde la bruma se avista la montaña. Fracasa la
luz en los balcones. Pronuncio mi nombre: fonética, sintaxis, geografía, pero
todo se altera. Arruga incipiente que no te dejas nombrar…
4.
… soy una mujer y avanzo por una calle
de niebla, y si resisto es sólo por constancia, por la certidumbre de lo
dislocado…
6.
Porque todo resbala y va nutriendo el carro de las ausencias: azar justificado
no sé por cuántas religiones —parcelación del cielo—, y la mueca final que
habrá de purgarse en la memoria de todos los presentes. Cuidar ese gesto para
no dañar más de lo necesario. No excederse en el recuerdo; la última cortesía.
Marta Agudo nació en Madrid, en 1971. Es licenciada y doctora en Filología Hispánica. Ha publicado el libro de poemas Fragmento (2004). Coeditora junto a Carlos Jiménez Arribas de Campo abierto. Antología del poema en prosa en España (1990-2005) (DVD, 2005), ha coordinado con Jordi Doce el volumen Pájaros raíces. En torno a José Ángel Valente (2010). Es miembro del consejo de redacción de la revista Nayagua. Entre 2004 y 2008 dirigió la colección de poesía y pintura "El Lotófago" de la Galería Luis Burgos.
Su tesis doctoral, La poética romántica de los géneros literarios: el poema en prosa y el fragmento en el siglo XIX en España se publicará próximamente. Su último libro de poemas lleva por título 28010 (2011).
Fotografías: Elena Shumilova
1 comentario:
hay que estudiar más
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