Cruzando el agua
Lago negro, barco negro, dos personas negras recortadas en papel.
¿Adónde van los árboles negros que beben aquí?
Sus sombras deben cubrir Canadá.
Un poco de luz se filtra de las flores acuáticas.
Sus hojas no desean que nos apresuremos:
Son redondas, chatas y cargadas de secretos consejos.
Mundos fríos se sacuden del remo.
El espíritu de la negrura está en nosotros, está en los peces.
Un tronco levanta ahora una pálida mano, como despedida;
Las estrellas se abren entre los lirios.
¿No te enceguecen estas sirenas sin expresión?
He aquí el silencio de almas confundidas.
El jardín solariego
Las fuentes resecas, las rosas terminan.
Incienso de muerte. Tu día se acerca.
Las peras engordan como Budas mínimos.
Una azul neblina, rémora del lago.
Y tú vas cruzando la hora de los peces,
los siglos altivos del cerdo:
dedo, testuz, pata
surgen de la sombra. La historia alimenta
esas derrotadas acanaladuras,
aquellas coronas de acanto,
y el cuervo apacigua su ropa.
Brezo hirsuto heredas, élitros de abeja,
dos suicidios, lobos penates,
horas negras. Estrellas duras
que amarilleando van ya cielo arriba.
La araña sobre su maroma
el lago cruza. Los gusanos
dejan sus sólitas estancias.
Las pequeñas aves convergen, convergen
con sus dones hacia difíciles lindes.
Morir
Es un arte, como cualquier otra cosa.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Sylvia Plath con Ted Hugges
8 comentarios:
Disculpe, pero estaría bien que no se olvidara de mencionar al traductor. Que yo recuerde, Plath escribía en inglés y alguien (puede que sean incluso versiones del propio editor del blog) ha hecho el esfuerzo de ponerle una voz en español...
Gracias.
M.
M, tienes absolutamente razón en lo que dices. El único problema es que en las páginas de las que extraje los poemas no está el nombre del traductor. Claro que esa mención es fundamental. Veré si lo puedo remediar y gracias por el recordatorio...
Oye M, si conoces el nombre del traductor, me harías un gran favor comentándomelo...
No, la verdad es que no lo conozco. Gracias por la respuesta y perdone si he sonado algo seca, no era mi intención.
Un saludo y le sigo leyendo.
M.
No te preocupes M. La labor del traductor no es suficientemente reconocida y casi nunca mencionada, lo que es injusto para un trabajo tan valioso para que podamos seguir leyendo textos de otras lenguas.
En cuanto pueda, buscaré el/la traductor/a.
Gracias de nuevo y otro saludo,
Arturo
Hola Arturo.
Siempre es un placer leer a Sylvia Plath.
Y siempre un placer saludarte y dejarte un abrazo.
Soco
Gracias Socorro, por pasarte por aquí y seguir trepando estos árboles de Slvia Plath. ¿Cómo no enredarnos aun en sus ramas?
Va un abrazo fuerte desde Valencia,
Arturo
muy buenos poemas, me llama la atención lo de morir, pocos desean la muerte pero igualmente pocos le hayamos el simbolismo necesario para vivir muriendo.
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